Venezuela: titulares de fin de siglo y un llamado a la acción
Roberto Smith Perera
Red de Estudios Estratégicos y Políticas PúblicasI. El problema Venezuela anda sin rumbo desde hace tiempo. Faltando poco más de 1.000 días para acabar el siglo XX, vale la pena hacer la simple constatación de que en un momento histórico crucial, cuando Venezuela más lo necesita, muy pocos venezolanos están diseñando el país del futuro, y muy pocas organizaciones se han dedicado a encontrar sistemáticamente las soluciones a los más graves problemas de la nación con la mirada puesta en el nuevo siglo. Este es un problema mayor que aqueja a nuestro país desde hace varias décadas. La fantasía petrolera de los setenta, la crisis económica de los ochenta y la trampa de la frustración de los noventa nos han impedido ver como pueblo la importancia de desarrollar una visión de futuro. Como resultado, hoy Venezuela no cuenta con un proyecto nacional compartido, ni con los consensos básicos para construir una sociedad en crecimiento social, económico y moral. En este escenario, la motivación esencial de los nuevos líderes debería ser la de estructurar orgánicamente la contribución intelectual y moral de los venezolanos del futuro, ante lo que son los "titulares de fin de siglo" de Venezuela. Estos titulares describen claramente la dimensión del reto que tenemos por delante los venezolanos. Una educación para el subdesarrollo La primera noticia es que nos dirigimos como pueblo hacia la marginalidad cultural e histórica. Según el Ministerio de Educación sólo uno de cada tres niños venezolanos terminan la escuela secundaria, lo cual está entre los peores niveles de América Latina. En otros países más pobres que Venezuela, la escolaridad secundaria es mucho más alta, y llega a 75% en Chile y Argentina, y a 60% en Colombia. Quienes abandonan a destiempo la escuela son los niños más pobres, reforzando la condición desigual de la sociedad venezolana. Los principales desertores son aquellos muchachos que más necesitarían de la formación para superar las taras de una familia desquiciada, sin padre y sin cultura. Pero el problema más grave es la baja calidad de la educación. Un estudio reciente presentó la alarmante estadística de que 22% de los maestros en la educación básica pueden ser considerados como analfabetas funcionales. Según el ministro de educación, quien lo reconoció con precisión y crudeza hace ya tres años, "la educación venezolana es un fraude gigantesco". Esto ocurre a pesar de que Venezuela gasta mucho dinero en educación. Según la CEPAL, el gasto del sector público venezolano en capital humano es el más alto de América Latina. Venezuela gasta tres veces más que Colombia o Brasil en educación, y sin embargo los indicadores de rendimiento nos ubican por debajo de ellos. El estudio mundial sobre competitividad de 1994 ubicó a Venezuela en la posición 40 de 41 en la categoría de educación. Frente a esto nos hemos preguntado: ¿Quién ha propuesto una solución de raíz al grave problema de la educación, que compromete el bienestar futuro de millones de compatriotas y pone en serio riesgo la posibilidad de insertar al país en las corrientes de la civilización? Un desarrollo humano y social paralizado El segundo titular es que nos dirigimos como país hacia la marginalidad económica y social. Para llegar a los niveles del mundo civilizado en los parámetros básicos del desarrollo social, necesitaríamos aumentar la esperanza de vida en siete años hasta los 77 años, llevar la alfabetización de 89 a 97%, casi duplicar la escolaridad promedio de 6 a 10 años, y sextuplicar la producción de 3.000 a 20.000 dólares por persona, metas que se hacen año a año más difíciles de conseguir. En contraste, Venezuela no conoce sino estancamiento económico y social desde 1980, todos los años, con contadas excepciones. De seguir en Venezuela la paralización crónica que ha tenido por década y media, en el año 2020 el ingreso de los venezolanos se mantendrá en 3.000 dólares, mientras que el de Colombia llegará a 6.000 y el de Argentina a 16.000 dólares. En ese escenario, los venezolanos serán los emigrantes, los venezolanos serán los marginados, los venezolanos serán los desempleados. El que fue el "mejor país de América Latina" pasará a ser uno de los más pobres de la región, mientras que otros países más pobres que Venezuela hoy pasarán a formar parte de los más ricos y prósperos. Frente a esta situación, nos hemos preguntado: ¿Quién ha propuesto estrategias serias para lograr un crecimiento sostenido de la producción, la productividad y el empleo en un ambiente de estabilidad monetaria, que es la base para cualquier mejoramiento social? Una justicia injusta La tercera noticia de fin de siglo es que el poder judicial colapsó. La criminalidad de Venezuela ha llegado a niveles inaceptables. El número total de delitos aumentó más de cuarenta veces en dos décadas, de 6 mil en 1973 a 250 mil en 1990. La tasa de delitos aumentó veinte veces en dos décadas, de 60 a 1.200 por cada cien mil habitantes. Según declaraciones del Fiscal General, las cárceles venezolanas son "academias del delito". En 1994, de un total de 24 mil presos, apenas 9 mil habían recibido sentencia, mientras que 16 mil estaban "siendo procesados" y eran parte de una situación de completo desorden y anarquía, donde simplemente opera la sangrienta ley de la muerte. La falta de justicia de Venezuela es uno de los principales enemigos del futuro de la nación y de su inserción exitosa en el mundo. En las encuestas mundiales de competitividad de los últimos tres años, Venezuela ha quedado en el último lugar en términos de confianza en la administración de justicia y en la seguridad personal. Venezuela está pasando por una verdadera catástrofe civil en la que el crimen se impuso ante la ineficacia de los organismos de seguridad y justicia. En el período de 1973 a 1990, los homicidios aumentaron en 50% desde 8 a 12 por cada cien mil habitantes. Según un estudio del Banco Mundial, los tribunales han llegado a una situación crítica en términos de ineficiencia, retraso, congestión y costos para el país. El retraso en los casos pendientes por resolver en los tribunales aumentó de 22 mil casos en 1984 a 100 mil casos en 1990. El tiempo promedio para procesar un caso civil en los tribunales es de 783 días laborables, es decir, más de tres años y un trimestre. El tiempo promedio para procesar un caso penal es de casi cinco años. Esta realidad es hace al poder judicial venezolano corrupto, ineficaz, y espectacularmente injusto. Un tribunal penal en Venezuela recibe 700 nuevos casos, tiene entre 3.000 y 7.000 casos pendientes y resuelve sólo 120 casos cada año. Problemas administrativos que han sido resueltos en Colombia y Chile, tales como procedimientos arcaicos, duplicación de esfuerzos, pobre gerencia y falta de organización, se han agravado en Venezuela creando una creciente ineficiencia en la que el sistema judicial es cada vez menos capaz de cumplir su función esencial para la operación de la democracia y el sistema socioeconómico. Ante esta grave crisis institucional y moral, ¿Quién ha propuesto los caminos para implantar un cambio radical en el sistema judicial? Un gobierno colapsado El cuarto titular sería que el aparato institucional de gobierno también colapsó. El sector público venezolano emplea millón y medio de compatriotas que, individualmente son personas por lo común honestas y bien intencionadas, pero que puestos en el contexto de las inmensas burocracias, crean aparatosos sistemas inoperantes, sin rumbo ni misión, sujetos a normativas obsoletas sin sentido de servicio público. El gobierno venezolano ha desarrollado una crónica voracidad fiscal que ha hecho posible que la inflación no haya podido ser dominada desde hace ya una década. En vez de utilizar inteligentemente los recursos que la sociedad le entrega para su administración, el Estado ha generado una serie de cuotas e intereses burocráticos que le han quitado todo carácter gerencial al presupuesto nacional. Ante esta situación, en la que se plantea una revisión profunda de la política fiscal venezolana y de las bases existenciales de las estructuras del gobierno, nos preguntamos: ¿Quién ha diseñado soluciones creativas con visión de largo plazo, que permitan que el gobierno cumpla con sus cometidos fundamentales? Una economía incompetente La quinta noticia es que Venezuela ya ingresó en la era de la escasez, en la era postpetrolera, y no está preparada para enfrentar los retos de la competitividad. El resultado negativo de la estrategia proteccionista y monoproductora que siguió Venezuela por tres décadas ha sido impresionante. Si Venezuela no tuviera petróleo y hierro, hoy estaría simplemente entre los países menos competitivos de América Latina. Las exportaciones no tradicionales de Venezuela representan sólo 110 dólares por habitante, menos que en países como Guatemala. Colombia y Brasil exportan el doble, Ecuador, México y Argentina el triple, y Costa Rica exporta cinco veces más por habitante que Venezuela. Corea exporta 16 veces, Malasia 22 veces y Japón 25 veces más por habitante que Venezuela. Bélgica, con la mitad de la población de Venezuela, exporta en total diez veces más que Venezuela. Frente a esta realidad, nos preguntamos: ¿Quién ha diseñando una estrategia de inserción del país en las nuevas corrientes económicas internacionales, promoviendo el desarrollo de una industria competitiva, que supere las limitaciones de la monoexportación y genere los empleos bien remunerados para aumentar el bienestar de los venezolanos? ¿Quién está preparando a Venezuela para las batallas por los mercados, los recursos de capital y la tecnología mundiales? ¿Quién está diseñando las estrategias para quedar entre los países ganadores del siglo XXI, porque supimos convertir nuestra pequeña crisis existencial en una oportunidad y sacar el máximo provecho de los abundantes recursos económicos, naturales y humanos que tenemos? Una pobreza arrolladora La sexta noticia es que la pobreza se impuso en Venezuela. Según el Banco Mundial, el ingreso de los venezolanos está altamente concentrado en las capas más ricas. El 20% más rico de la población recibe el 50% del ingreso, mientras que el 20% más pobre recibe menos del 5% del ingreso total. Los grupos más privilegiados reciben 14 veces más ingreso que los más pobres, lo cual se traslada directamente a la capacidad de consumo y ahorro y, en general, a la calidad de la vida. Esta cifra compara desfavorablemente con economías avanzadas como las de Europa, donde la diferencia de ingreso entre los ricos y los pobres es de 4 a 1, o con los Estados Unidos, donde es de 7 a 1. En los países asiáticos, la distribución del ingreso es notablemente mejor que en Venezuela. En Corea, Taiwan, Indonesia o Tailandia, la diferencia de ingreso entre pobres y ricos es inferior a 7. Dos tercios de los venezolanos no tienen acceso a servicios básicos para una vida decente, como la educación, la salud, el agua o una vivienda. El número de venezolanos en situación de pobreza ha aumentado desde 1980, y esta situación se agrava cada día más en la medida en que la economía no sale de su estancamiento. Frente a este drama de un país que soñó ser rico y descubrió a fin de siglo las miserias materiales y morales de sus entrañas sociales, nos preguntamos ¿Quién ha analizado las verdaderas causas de la pobreza y ha propuesto soluciones innovadoras y solidarias para eliminar sus manifestaciones más agudas en los próximos años? Estas noticias de fin de siglo y las preguntas sin respuesta sobre el porvenir de Venezuela son las que nos deben llevar a actuar. II. El llamado Resolver los graves problemas de la educación, la justicia, el gobierno, la economía, la pobreza, y muchos otros, debería ser la motivación principal para aunar un esfuerzo de talento, conocimiento, voluntad y fe entre las nuevas generaciones de venezolanos. Hace falta crear en el país una red -- una "congregación inteligente" -- de los venezolanos más talentosos con la misión de desarrollar y hacer realidad recomendaciones y propuestas de gran alcance sobre los problemas más cruciales de Venezuela, para influenciar directamente la orientación de las decisiones estratégicas del país, y para convertirse en un punto de referencia de la sociedad civil y política, aglutinando la mejor inteligencia del país en favor de su transformación. Es preciso hacer un llamado a los profesionales y técnicos más destacados del país, con el objeto de evitar que los escenarios sugestivamente pesimistas del futuro cristalicen año a año, tal como lamentablemente lo han hecho durante las últimas dos décadas. Es preciso poner talento y fe para proponer una transformación de la educación hacia el siglo XXI, decirle al país cómo crear una educación para el crecimiento, el progreso, la solidaridad y la modernidad. Es preciso poner talento y fe para definir prospectivas de largo plazo para Venezuela, descifrar cómo se ubicará Venezuela en relación con el mundo dentro de 20 o 25 años bajo diferentes escenarios mundiales y diferentes estrategias nacionales, en los parámetros del desarrollo social, económico, político y cultural. Es preciso poner talento y fe para proponer una reforma y reestructuración del sistema judicial, ofrecer respuestas a su crisis sistémica y diseñaremos los mecanismos para crear un sistema judicial justo y eficiente, transparente y estable, acabando con las taras de corrupción e ineptitud actuales. Es preciso poner talento y fe para lanzar un nuevo proyecto para reinventar al gobierno, promoviendo una radical reingeniería del Estado venezolano, para aumentar dramáticamente su eficiencia usando menos recursos, a través de la aplicación de los modernos instrumentos de gerencia que nos son familiares. Se debe redefinir la nueva agenda institucional del país, qué hacer más allá de la privatización, la descentralización y las reformas sectoriales, para aplicar las más modernas enseñanzas de las ciencias gerenciales en la mejora radical del gobierno. Es preciso poner talento y fe para proponer formas de eliminar la pobreza extrema en las próximas décadas, a través de programas modernos y visionarios para aumentar el capital humano de los venezolanos más pobres y hacerlos capaces de crear su propio camino al progreso material y moral. Es preciso poner talento y fe para decirle al país qué hacer para enfrentar los retos de la seguridad social y la salud pública de los venezolanos, y presentar propuestas sobre fondos de pensión, seguridad social, prestación de servicios de salud y política fiscal. Es preciso poner talento y fe para diseñar una nueva manera de hacer los presupuestos nacionales, buscando la máxima distribución y eficiencia en el gasto y el ingreso, y convirtiéndolo en un instrumento de gerencia para aumentar el bienestar de los venezolanos. Es preciso poner talento y fe para integrar los proyectos de cambio en un bloque armónico, que defina los lineamientos de un plan para el futuro, en sus elementos de política económica, social, cultural, e internacional. Es preciso además hacer un gran esfuerzo para crear nuevas organizaciones dinámicas, flexibles y eficientes que sirvan para congregar los mejores conocimientos disponibles, incorporando el pensamiento más actualizado y aplicando una rigurosa metodología de trabajo que asegure la máxima calidad en los resultados y proposiciones. Es preciso, en fin, desarrollar una red de talento al servicio de toda Venezuela, de sus instituciones públicas y privadas, del gobierno y de la oposición, de los partidos políticos y del congreso, del poder judicial y de las organizaciones no gubernamentales. Al no estar atados a ninguna fuerza política o económica, el éxito de esa red se puede medir con la vara de la efectividad para crear una nueva agenda de consenso para el país, una nueva visión de su futuro, y soluciones que son llevadas pragmáticamente a la realidad. III. El reto En el país existe el talento suficiente para salvar a Venezuela. Lo importante es hacerle saber a la gente de talento que el futuro les llegó abruptamente, que el futuro ha aparecido ante sus ojos como una asechanza y como una invitación a la acción creadora. La búsqueda de una nueva modernización para Venezuela debe estar afincada en los más sólidos y tradicionales valores de la cultura venezolana, pero sustentada en una visión asertiva de la globalización y la competencia. No debe olvidar que construir mercados eficientes pasa por hacer posible que los beneficios del crecimiento sean retribuidos en justas proporciones. Debe mirar al futuro, entender los límites actuales de Venezuela como pueblo y como nación frente a un mundo crecientemente competitivo y complejo, pero debe romper fronteras mentales que nos atan al pasado y al fracaso. Debe asimismo creer firmemente en la participación, la solidaridad y la iniciativa individual como bases para la transformación de la sociedad. En medio de las dificultades para ponerse de acuerdo sobre las decisiones más elementales de Venezuela, sugiero hacer realidad el sueño de crear un progreso material compartido, mayor equidad social, y una comunidad en paz consigo misma. La alternativa sería simplemente el caos. No hacer nada significaría excluir por voluntad propia a Venezuela del proceso de transformación más ambicioso que se haya propuesto la civilización: la construcción de una sociedad global, interdependiente, económicamente integrada y competitiva, con una democracia en avance, y con mejores expectativas para la gente pobre. Significaría además asegurar la marginación absoluta de la mitad de los venezolanos de cualquier esperanza de progreso material y, en consecuencia, de mejoramiento cultural y moral. Es preciso percatarse que Venezuela está en peligro. Se necesita el valor de millones de venezolanos para sacarla de esta crisis que podría terminar en el colapso, pero especialmente el valor de aquellos que tienen en sus mentes la inteligencia y la formación para hallar e implantar las soluciones. Debemos empezar por reconocer que Venezuela ya no es rica, sino lo contrario. Que ya no es la "democracia más progresista de América Latina", sino un país que pierde día a día un valioso terreno en el camino del progreso. Que se acabó la era de la renta petrolera, cuando pudimos vivir la ficción de ser una nación de pobres, pero con dinero en el bolsillo. Y que está paralizada por sus querellas parroquiales y odios menores, postrada mientras el mundo sigue avanzando rápidamente y nos deja atrás. Dibujemos los planos y edifiquemos una sociedad en avance que gentilmente ofrece oportunidades a todos, con la mano solidaria de la esperanza, el firme compromiso de quienes tienen mejores opciones, y la clara disciplina del esfuerzo individual de cada uno por progresar con pie firme para vencer los retos del siglo XXI. Si mantenemos el compromiso, estaremos cumpliendo una misión para la que estamos siendo llamados por una patria que se desmembra y que espera de nosotros, quizás sin saberlo, la respuesta de nuestra acción firme y decidida para transformarla. e-mail: rsmith@mail1.lat.net Tomado del discurso inaugural de la Red de Estudios Estratégicos y Política Públicas. Universidad Simón Bolívar, Valle de Sartenejas, Baruta |
lunes, 25 de febrero de 2013
Venezuela: titulares de fin de siglo y un llamado a la acción
Roberto Smith Perera
Red de Estudios Estratégicos y Políticas PúblicasI. El problema Venezuela anda sin rumbo desde hace tiempo. Faltando poco más de 1.000 días para acabar el siglo XX, vale la pena hacer la simple constatación de que en un momento histórico crucial, cuando Venezuela más lo necesita, muy pocos venezolanos están diseñando el país del futuro, y muy pocas organizaciones se han dedicado a encontrar sistemáticamente las soluciones a los más graves problemas de la nación con la mirada puesta en el nuevo siglo. Este es un problema mayor que aqueja a nuestro país desde hace varias décadas. La fantasía petrolera de los setenta, la crisis económica de los ochenta y la trampa de la frustración de los noventa nos han impedido ver como pueblo la importancia de desarrollar una visión de futuro. Como resultado, hoy Venezuela no cuenta con un proyecto nacional compartido, ni con los consensos básicos para construir una sociedad en crecimiento social, económico y moral. En este escenario, la motivación esencial de los nuevos líderes debería ser la de estructurar orgánicamente la contribución intelectual y moral de los venezolanos del futuro, ante lo que son los "titulares de fin de siglo" de Venezuela. Estos titulares describen claramente la dimensión del reto que tenemos por delante los venezolanos. Una educación para el subdesarrollo La primera noticia es que nos dirigimos como pueblo hacia la marginalidad cultural e histórica. Según el Ministerio de Educación sólo uno de cada tres niños venezolanos terminan la escuela secundaria, lo cual está entre los peores niveles de América Latina. En otros países más pobres que Venezuela, la escolaridad secundaria es mucho más alta, y llega a 75% en Chile y Argentina, y a 60% en Colombia. Quienes abandonan a destiempo la escuela son los niños más pobres, reforzando la condición desigual de la sociedad venezolana. Los principales desertores son aquellos muchachos que más necesitarían de la formación para superar las taras de una familia desquiciada, sin padre y sin cultura. Pero el problema más grave es la baja calidad de la educación. Un estudio reciente presentó la alarmante estadística de que 22% de los maestros en la educación básica pueden ser considerados como analfabetas funcionales. Según el ministro de educación, quien lo reconoció con precisión y crudeza hace ya tres años, "la educación venezolana es un fraude gigantesco". Esto ocurre a pesar de que Venezuela gasta mucho dinero en educación. Según la CEPAL, el gasto del sector público venezolano en capital humano es el más alto de América Latina. Venezuela gasta tres veces más que Colombia o Brasil en educación, y sin embargo los indicadores de rendimiento nos ubican por debajo de ellos. El estudio mundial sobre competitividad de 1994 ubicó a Venezuela en la posición 40 de 41 en la categoría de educación. Frente a esto nos hemos preguntado: ¿Quién ha propuesto una solución de raíz al grave problema de la educación, que compromete el bienestar futuro de millones de compatriotas y pone en serio riesgo la posibilidad de insertar al país en las corrientes de la civilización? Un desarrollo humano y social paralizado El segundo titular es que nos dirigimos como país hacia la marginalidad económica y social. Para llegar a los niveles del mundo civilizado en los parámetros básicos del desarrollo social, necesitaríamos aumentar la esperanza de vida en siete años hasta los 77 años, llevar la alfabetización de 89 a 97%, casi duplicar la escolaridad promedio de 6 a 10 años, y sextuplicar la producción de 3.000 a 20.000 dólares por persona, metas que se hacen año a año más difíciles de conseguir. En contraste, Venezuela no conoce sino estancamiento económico y social desde 1980, todos los años, con contadas excepciones. De seguir en Venezuela la paralización crónica que ha tenido por década y media, en el año 2020 el ingreso de los venezolanos se mantendrá en 3.000 dólares, mientras que el de Colombia llegará a 6.000 y el de Argentina a 16.000 dólares. En ese escenario, los venezolanos serán los emigrantes, los venezolanos serán los marginados, los venezolanos serán los desempleados. El que fue el "mejor país de América Latina" pasará a ser uno de los más pobres de la región, mientras que otros países más pobres que Venezuela hoy pasarán a formar parte de los más ricos y prósperos. Frente a esta situación, nos hemos preguntado: ¿Quién ha propuesto estrategias serias para lograr un crecimiento sostenido de la producción, la productividad y el empleo en un ambiente de estabilidad monetaria, que es la base para cualquier mejoramiento social? Una justicia injusta La tercera noticia de fin de siglo es que el poder judicial colapsó. La criminalidad de Venezuela ha llegado a niveles inaceptables. El número total de delitos aumentó más de cuarenta veces en dos décadas, de 6 mil en 1973 a 250 mil en 1990. La tasa de delitos aumentó veinte veces en dos décadas, de 60 a 1.200 por cada cien mil habitantes. Según declaraciones del Fiscal General, las cárceles venezolanas son "academias del delito". En 1994, de un total de 24 mil presos, apenas 9 mil habían recibido sentencia, mientras que 16 mil estaban "siendo procesados" y eran parte de una situación de completo desorden y anarquía, donde simplemente opera la sangrienta ley de la muerte. La falta de justicia de Venezuela es uno de los principales enemigos del futuro de la nación y de su inserción exitosa en el mundo. En las encuestas mundiales de competitividad de los últimos tres años, Venezuela ha quedado en el último lugar en términos de confianza en la administración de justicia y en la seguridad personal. Venezuela está pasando por una verdadera catástrofe civil en la que el crimen se impuso ante la ineficacia de los organismos de seguridad y justicia. En el período de 1973 a 1990, los homicidios aumentaron en 50% desde 8 a 12 por cada cien mil habitantes. Según un estudio del Banco Mundial, los tribunales han llegado a una situación crítica en términos de ineficiencia, retraso, congestión y costos para el país. El retraso en los casos pendientes por resolver en los tribunales aumentó de 22 mil casos en 1984 a 100 mil casos en 1990. El tiempo promedio para procesar un caso civil en los tribunales es de 783 días laborables, es decir, más de tres años y un trimestre. El tiempo promedio para procesar un caso penal es de casi cinco años. Esta realidad es hace al poder judicial venezolano corrupto, ineficaz, y espectacularmente injusto. Un tribunal penal en Venezuela recibe 700 nuevos casos, tiene entre 3.000 y 7.000 casos pendientes y resuelve sólo 120 casos cada año. Problemas administrativos que han sido resueltos en Colombia y Chile, tales como procedimientos arcaicos, duplicación de esfuerzos, pobre gerencia y falta de organización, se han agravado en Venezuela creando una creciente ineficiencia en la que el sistema judicial es cada vez menos capaz de cumplir su función esencial para la operación de la democracia y el sistema socioeconómico. Ante esta grave crisis institucional y moral, ¿Quién ha propuesto los caminos para implantar un cambio radical en el sistema judicial? Un gobierno colapsado El cuarto titular sería que el aparato institucional de gobierno también colapsó. El sector público venezolano emplea millón y medio de compatriotas que, individualmente son personas por lo común honestas y bien intencionadas, pero que puestos en el contexto de las inmensas burocracias, crean aparatosos sistemas inoperantes, sin rumbo ni misión, sujetos a normativas obsoletas sin sentido de servicio público. El gobierno venezolano ha desarrollado una crónica voracidad fiscal que ha hecho posible que la inflación no haya podido ser dominada desde hace ya una década. En vez de utilizar inteligentemente los recursos que la sociedad le entrega para su administración, el Estado ha generado una serie de cuotas e intereses burocráticos que le han quitado todo carácter gerencial al presupuesto nacional. Ante esta situación, en la que se plantea una revisión profunda de la política fiscal venezolana y de las bases existenciales de las estructuras del gobierno, nos preguntamos: ¿Quién ha diseñado soluciones creativas con visión de largo plazo, que permitan que el gobierno cumpla con sus cometidos fundamentales? Una economía incompetente La quinta noticia es que Venezuela ya ingresó en la era de la escasez, en la era postpetrolera, y no está preparada para enfrentar los retos de la competitividad. El resultado negativo de la estrategia proteccionista y monoproductora que siguió Venezuela por tres décadas ha sido impresionante. Si Venezuela no tuviera petróleo y hierro, hoy estaría simplemente entre los países menos competitivos de América Latina. Las exportaciones no tradicionales de Venezuela representan sólo 110 dólares por habitante, menos que en países como Guatemala. Colombia y Brasil exportan el doble, Ecuador, México y Argentina el triple, y Costa Rica exporta cinco veces más por habitante que Venezuela. Corea exporta 16 veces, Malasia 22 veces y Japón 25 veces más por habitante que Venezuela. Bélgica, con la mitad de la población de Venezuela, exporta en total diez veces más que Venezuela. Frente a esta realidad, nos preguntamos: ¿Quién ha diseñando una estrategia de inserción del país en las nuevas corrientes económicas internacionales, promoviendo el desarrollo de una industria competitiva, que supere las limitaciones de la monoexportación y genere los empleos bien remunerados para aumentar el bienestar de los venezolanos? ¿Quién está preparando a Venezuela para las batallas por los mercados, los recursos de capital y la tecnología mundiales? ¿Quién está diseñando las estrategias para quedar entre los países ganadores del siglo XXI, porque supimos convertir nuestra pequeña crisis existencial en una oportunidad y sacar el máximo provecho de los abundantes recursos económicos, naturales y humanos que tenemos? Una pobreza arrolladora La sexta noticia es que la pobreza se impuso en Venezuela. Según el Banco Mundial, el ingreso de los venezolanos está altamente concentrado en las capas más ricas. El 20% más rico de la población recibe el 50% del ingreso, mientras que el 20% más pobre recibe menos del 5% del ingreso total. Los grupos más privilegiados reciben 14 veces más ingreso que los más pobres, lo cual se traslada directamente a la capacidad de consumo y ahorro y, en general, a la calidad de la vida. Esta cifra compara desfavorablemente con economías avanzadas como las de Europa, donde la diferencia de ingreso entre los ricos y los pobres es de 4 a 1, o con los Estados Unidos, donde es de 7 a 1. En los países asiáticos, la distribución del ingreso es notablemente mejor que en Venezuela. En Corea, Taiwan, Indonesia o Tailandia, la diferencia de ingreso entre pobres y ricos es inferior a 7. Dos tercios de los venezolanos no tienen acceso a servicios básicos para una vida decente, como la educación, la salud, el agua o una vivienda. El número de venezolanos en situación de pobreza ha aumentado desde 1980, y esta situación se agrava cada día más en la medida en que la economía no sale de su estancamiento. Frente a este drama de un país que soñó ser rico y descubrió a fin de siglo las miserias materiales y morales de sus entrañas sociales, nos preguntamos ¿Quién ha analizado las verdaderas causas de la pobreza y ha propuesto soluciones innovadoras y solidarias para eliminar sus manifestaciones más agudas en los próximos años? Estas noticias de fin de siglo y las preguntas sin respuesta sobre el porvenir de Venezuela son las que nos deben llevar a actuar. II. El llamado Resolver los graves problemas de la educación, la justicia, el gobierno, la economía, la pobreza, y muchos otros, debería ser la motivación principal para aunar un esfuerzo de talento, conocimiento, voluntad y fe entre las nuevas generaciones de venezolanos. Hace falta crear en el país una red -- una "congregación inteligente" -- de los venezolanos más talentosos con la misión de desarrollar y hacer realidad recomendaciones y propuestas de gran alcance sobre los problemas más cruciales de Venezuela, para influenciar directamente la orientación de las decisiones estratégicas del país, y para convertirse en un punto de referencia de la sociedad civil y política, aglutinando la mejor inteligencia del país en favor de su transformación. Es preciso hacer un llamado a los profesionales y técnicos más destacados del país, con el objeto de evitar que los escenarios sugestivamente pesimistas del futuro cristalicen año a año, tal como lamentablemente lo han hecho durante las últimas dos décadas. Es preciso poner talento y fe para proponer una transformación de la educación hacia el siglo XXI, decirle al país cómo crear una educación para el crecimiento, el progreso, la solidaridad y la modernidad. Es preciso poner talento y fe para definir prospectivas de largo plazo para Venezuela, descifrar cómo se ubicará Venezuela en relación con el mundo dentro de 20 o 25 años bajo diferentes escenarios mundiales y diferentes estrategias nacionales, en los parámetros del desarrollo social, económico, político y cultural. Es preciso poner talento y fe para proponer una reforma y reestructuración del sistema judicial, ofrecer respuestas a su crisis sistémica y diseñaremos los mecanismos para crear un sistema judicial justo y eficiente, transparente y estable, acabando con las taras de corrupción e ineptitud actuales. Es preciso poner talento y fe para lanzar un nuevo proyecto para reinventar al gobierno, promoviendo una radical reingeniería del Estado venezolano, para aumentar dramáticamente su eficiencia usando menos recursos, a través de la aplicación de los modernos instrumentos de gerencia que nos son familiares. Se debe redefinir la nueva agenda institucional del país, qué hacer más allá de la privatización, la descentralización y las reformas sectoriales, para aplicar las más modernas enseñanzas de las ciencias gerenciales en la mejora radical del gobierno. Es preciso poner talento y fe para proponer formas de eliminar la pobreza extrema en las próximas décadas, a través de programas modernos y visionarios para aumentar el capital humano de los venezolanos más pobres y hacerlos capaces de crear su propio camino al progreso material y moral. Es preciso poner talento y fe para decirle al país qué hacer para enfrentar los retos de la seguridad social y la salud pública de los venezolanos, y presentar propuestas sobre fondos de pensión, seguridad social, prestación de servicios de salud y política fiscal. Es preciso poner talento y fe para diseñar una nueva manera de hacer los presupuestos nacionales, buscando la máxima distribución y eficiencia en el gasto y el ingreso, y convirtiéndolo en un instrumento de gerencia para aumentar el bienestar de los venezolanos. Es preciso poner talento y fe para integrar los proyectos de cambio en un bloque armónico, que defina los lineamientos de un plan para el futuro, en sus elementos de política económica, social, cultural, e internacional. Es preciso además hacer un gran esfuerzo para crear nuevas organizaciones dinámicas, flexibles y eficientes que sirvan para congregar los mejores conocimientos disponibles, incorporando el pensamiento más actualizado y aplicando una rigurosa metodología de trabajo que asegure la máxima calidad en los resultados y proposiciones. Es preciso, en fin, desarrollar una red de talento al servicio de toda Venezuela, de sus instituciones públicas y privadas, del gobierno y de la oposición, de los partidos políticos y del congreso, del poder judicial y de las organizaciones no gubernamentales. Al no estar atados a ninguna fuerza política o económica, el éxito de esa red se puede medir con la vara de la efectividad para crear una nueva agenda de consenso para el país, una nueva visión de su futuro, y soluciones que son llevadas pragmáticamente a la realidad. III. El reto En el país existe el talento suficiente para salvar a Venezuela. Lo importante es hacerle saber a la gente de talento que el futuro les llegó abruptamente, que el futuro ha aparecido ante sus ojos como una asechanza y como una invitación a la acción creadora. La búsqueda de una nueva modernización para Venezuela debe estar afincada en los más sólidos y tradicionales valores de la cultura venezolana, pero sustentada en una visión asertiva de la globalización y la competencia. No debe olvidar que construir mercados eficientes pasa por hacer posible que los beneficios del crecimiento sean retribuidos en justas proporciones. Debe mirar al futuro, entender los límites actuales de Venezuela como pueblo y como nación frente a un mundo crecientemente competitivo y complejo, pero debe romper fronteras mentales que nos atan al pasado y al fracaso. Debe asimismo creer firmemente en la participación, la solidaridad y la iniciativa individual como bases para la transformación de la sociedad. En medio de las dificultades para ponerse de acuerdo sobre las decisiones más elementales de Venezuela, sugiero hacer realidad el sueño de crear un progreso material compartido, mayor equidad social, y una comunidad en paz consigo misma. La alternativa sería simplemente el caos. No hacer nada significaría excluir por voluntad propia a Venezuela del proceso de transformación más ambicioso que se haya propuesto la civilización: la construcción de una sociedad global, interdependiente, económicamente integrada y competitiva, con una democracia en avance, y con mejores expectativas para la gente pobre. Significaría además asegurar la marginación absoluta de la mitad de los venezolanos de cualquier esperanza de progreso material y, en consecuencia, de mejoramiento cultural y moral. Es preciso percatarse que Venezuela está en peligro. Se necesita el valor de millones de venezolanos para sacarla de esta crisis que podría terminar en el colapso, pero especialmente el valor de aquellos que tienen en sus mentes la inteligencia y la formación para hallar e implantar las soluciones. Debemos empezar por reconocer que Venezuela ya no es rica, sino lo contrario. Que ya no es la "democracia más progresista de América Latina", sino un país que pierde día a día un valioso terreno en el camino del progreso. Que se acabó la era de la renta petrolera, cuando pudimos vivir la ficción de ser una nación de pobres, pero con dinero en el bolsillo. Y que está paralizada por sus querellas parroquiales y odios menores, postrada mientras el mundo sigue avanzando rápidamente y nos deja atrás. Dibujemos los planos y edifiquemos una sociedad en avance que gentilmente ofrece oportunidades a todos, con la mano solidaria de la esperanza, el firme compromiso de quienes tienen mejores opciones, y la clara disciplina del esfuerzo individual de cada uno por progresar con pie firme para vencer los retos del siglo XXI. Si mantenemos el compromiso, estaremos cumpliendo una misión para la que estamos siendo llamados por una patria que se desmembra y que espera de nosotros, quizás sin saberlo, la respuesta de nuestra acción firme y decidida para transformarla. e-mail: rsmith@mail1.lat.net Tomado del discurso inaugural de la Red de Estudios Estratégicos y Política Públicas. Universidad Simón Bolívar, Valle de Sartenejas, Baruta |
![]() | Economic relations between Latin America and the European Union |
Roberto Smith |
![]() ![]() ![]() ![]() |
Two opposing trends are currently shaping relations between the European Union and Latin America. On the one hand, political signals in both regions are positive and point the way to closer ties in the future; on the other hand, the situation with regard to the Union's trade with Latin America has worsened appreciably, with the region's trade surplus giving way to a deficit for the first time in four decades. This trend may jeopardize the progress made thus far. If we do not act now, trade-related tensions, the reduction of development assistance and the appearance of social or environmental trade restrictions may cast a shadow over the bilateral situation, causing the two regions to become what we might describe as distant friends. If, however, existing political signs that the regions are drawing closer together lead them to take decisions that actually do improve their economic relations, then the two regions may form a mutually beneficial relationship and become genuine partners. If this is to happen, the two regions must place a higher priority on one other, agree upon a strategic, long-term agenda and resolve some specific trade problems.
In this article the author examines these issues, presents an analysis of the reversal of the trading position and of the perils of inaction, and offers some thoughts regarding this strategic vision of a new kind of economic relationship between the two regions. |
Para mayor información contactar: mercedes.acuna ![]() Casilla de Correo 4191, C1000WAA, Buenos Aires, Argentina Teléfonos: (5411) 4815 7810 (rotativas) Fax: (5411) 4815 2534 Detalles del registroLa relación económica entre América Latina y la Unión EuropeaBiblioteca Manuel Belgrano - Facultad de Ciencias Económicas - UNCVER INFORMACIÓN DE ARCHIVO
|
sábado, 23 de febrero de 2013
DOMINGO, 19 DE MARZO DE 2006
Roberto Smith pidió la renuncia del ministro Ramón Carrizalez (Por la caída del viaducto)
Roberto Smith Perea, dirigente de Venezuela de Primera y precandidato presidencial, exhortó al primer mandatario nacional a solicitar la renuncia del titular del ministerio de Infraestructura, Ramón Carrizalez, de cara al colapso del viaducto número 1 de la Autopista Caracas – la Guaira.
"""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""
La caída del viaducto no es noticia
La cuarta, el viaducto y la quinta
Necesariamente en estos dias tenemos que hablar del viaducto de la autopista Caracas-La Guaira por las consecuencias económicas, políticas, sociales, etc. que trae el cierre de esta importante vía de comunicación y los medios golpistas, golpistas completos, se aprovechan de esta coyuntura para alarmar a la población con todo tipo de predicciones agoreras.
Se me ocurre comparar esta situación con ciertos eventos de la política venezolana, por ejemplo, los políticos del puntofijismo permitieron por mas de cuarenta años que se corroyeran las bases de las instituciones públicas y privadas trayendo como consecuencia todo tipo de males para el país y que se derrumbara la IV República, aun quedan vestigios de ella, pero en todo ese tiempo los medios de comunicación eran sordos ciegos y mudos; lo mismo sucedió y sucede con el viaducto, no tiene remedio, y también se derrumbará.Como alternativa ante el cierre de la obra de ingeniería se seleccionó la vía más larga y más tortuosa, la carretera vieja a la Guaira; también fue la más larga y la más tortuosa, y acosada por las dentelladas del imperio norteamericano, la escogida por el presidente Chávez como alternativa para superar la IV República, la vía pacifica.
Cuando se reparen y se construyan nuevas vías el tránsito por todo el territorio nacional fluirá con toda normalidad; en lo político estamos en proceso de destruir las arcaicas, reparar las que se puedan salvar y en construcción de las nuevas instituciones, las cuales permitirán el libre flujo al Socialismo del Siglo XXI.
Noel Martello snoels@gmail.com
Publicado en Aporrea el 15-02-2006 por http://indiocaricuao.blogspot.com/2006/03/roberto-smith-pidi-la-renuncia-del.html
SÁBADO, 8 DE AGOSTO DE 2009
Roberto Smith: En vez de cerrar 34 radios deberían abrir 3.400 radios digitales

Roberto Smith: En vez de cerrar 34 radios deberían abrir 3.400 radios digitales
Agosto 8, 2009
ND.- En entrevista exclusiva para noticierodigital.com, Roberto Smith, experto en telecomunicaciones, fundador de CONATEL y ex-Ministro de Transporte y Comunicaciones, afirma que el gobierno tiene un discurso falso con el cierre de la 34 emisoras y llama a que se implante la tecnología de radiodifusión digital en Venezuela para abrir 3.400 nuevas emisoras de radio en vez de cerrar emisoras. La radio digital debería haberse adoptado ya en Venezuela”, afirma Smith, y se pregunta: “¿Por qué se aferran al pasado y no abrazan el futuro?”
opinan los foristas
noticierodigital.com: ¿Cómo ves el cierre de las 34 emisoras de radio?
El gobierno se llena la boca con el falso discurso de que están cerrando las 34 emisoras de radio para “democratizar el uso del espectro radioeléctrico”.
Es falso porque parte de la falsa premisa de que el espectro radioeléctrico es un bien finito que ya está totalmente copado. Si esto fuera así, entonces habría que quitarle un pedazo del espectro a un radiodifusor “oligarca” como una medida necesaria para poder transferirle ese pedazo de espectro a un radiodifusor “socialista”.
La verdad es que el espectro radioeléctrico es un recurso limitado, pero se podría usar más eficientemente y distribuir mucho mejor, con las tecnologías de radiodifusión digital.
ND.: ¿Puedes explicarnos qué es la radio digital?
La radio digital llegó desde hace más de dos décadas al mundo, para quedarse. Pero en Venezuela seguimos con la vieja tecnología de radio.
Ya hay más de 1.000 emisoras de radio digital en más de 20 países del mundo, que ofrecen al oyente un sonido muy superior, con calidad de un CD, avance, retroceso y pausa de la música, capacidad para bajar la música al PC, e interacción con el Internet. Por ejemplo, se puede leer el avance de la noticia por texto mientras que se oye a Bocaranda, y mandarle un Twitter con un comentario. Además los canales se consiguen por su nombre (por ejemplo CNB), y no por su frecuencia. Por ejemplo, si no nos gusta la última opinión de William Echeverría, podemos rápidamente pasar a un concierto de Shakira en nuestro radio, mientras leemos los tips de Valentina Quintero sobre su último viaje a Todasana.
La radio digital es la radio del siglo XXI, no la vieja radio que tenemos hoy en Venezuela. En la nueva radio, el oyente pasa de ser un receptor a ser un participante activo del proceso radial.
ND: ¿Qué tiene que ver eso con democratizar la radio?
Pero además, y muy importante a la hora de hablar de democratizar el espectro radioeléctrico, la radio digital es 4 veces más eficiente en el uso del espectro, es decir que donde hoy caben 25 emisoras de FM en una ciudad, por ejemplo, podrían caber 100 emisoras sin interrumpirse una a otra. Si se digitalizan eficazmente los espectros de AM y FM, podrían caber 400 emisoras en cada ciudad.
ND: ¿O sea que habría más emisoras?
Muchas más emisoras. Con la radiodifusión digital en vez de tener las 750 emisoras analógicas en todo el país, podrían abrirse perfectamente 3,400 nuevas emisoras digitales en poco tiempo. La adopción de la radio digital se haría gradualmente pero en pocos años todo el sistema de radio se digitalizaría para beneficio de la gente.
Tendríamos la posibilidad de disfrutar de 150 emisoras o más en Caracas, desde oir una emisora especializada en chistes sobre Chávez, hasta disfrutar de las largas peroratas de Chávez 24/7, si así lo quisiera el radioescucha. Podría haber emisoras para todo el espectro político: desde emisoras de la ultra izquierda chavista, un “Radio Aporrea”, por ejemplo, hasta un “Escuálidos Radio”, desde una emisora para las sifrinas del Este, hasta una emisora para los grafiteros de la ciudad, desde una emisora especializada en Golpe Tocuyano, hasta una que retumbe con su reggaetón todo el santo día, es decir, una verdadera “democracia radial”.
Cada universidad y cada iglesia podría tener su radio, cada tendencia política y cada tendencia social tendría la oportunidad de manifestar sus puntos de vista.
Esto sería una verdadera revolución de la radio en Venezuela. Esto sería la verdadera democratización de la radio, no la patraña de cerrar emisoras y quedarnos en tecnologías obsoletas.
Imagínate un Internet donde sólo hubiera 25 páginas web, sin blogs ni chateo, sino pura lectura de texto. Esa es la radio del pasado. Ahora compáralo con el Internet que tú conoces, con opciones ilimitadas para todos los gustos. Esa es la diferencia entre la radio analógica y la radio digital.
ND: ¿Por qué no se ha implantado la radio digital?
No existe ninguna justificación para no haber desarrollado la tecnología digital.
La radiodifusión digital ya debería haberse implantado en Venezuela desde hace una década. Para eso fue que creamos CONATEL en 1991, para avanzar la tecnología y con la tecnología avanzar la democracia y la calidad de vida de la gente, no para condenar al país a tecnologías del pasado.
Todo esto lo saben CONATEL, Diosdado, Jesse Chacón y Chávez.
CONATEL viene estudiando el tema de la radio y la TV digital desde hace 14 años y no han hecho nada.
Centenares de propuestas técnicas sobre la radio digital están cogiendo polvo en los anaqueles de CONATEL.
Por ello no se justifica cerrar ninguna de las 34 emisoras, sino abrir 3,400 nuevas emisoras digitales, donde los actuales radiodifusores, por cierto, podrían permanecer activos, pero en un ambiente más competitivo.
Roberto Smith se pregunta: ¿Por qué se aferran al pasado y no abrazan el futuro? Los invito a poner la mirada en un brillante futuro digital y no en el retrovisor analógico del pasado.
PUBLICADO POR C.DX.A - INTERNACIONAL EN 19:47
http://venezueladx.blogspot.com/2009/08/roberto-smith-en-vez-de-cerrar-34.html
Etiquetas:
Conatel,
Ministro de Transporte,
Radios,
Roberto Smith
Ubicación:
Venezuela
Usted Lo Vio
14 / 11 / 2006
Roberto Smith consignó denuncias en manos del Superintendente del Seniat, quien se comprometió a investigar el caso a fondo
/ JMS/CF
Roberto Smith de Venezuela de Primera, entregó al Superintendente del Seniat, José Vielma Mora todos los documentos donde están las presuntas pruebas de corrupción en este organismo.
“Vamos a ir al Ministerio Público para hacer las denuncias respectivas, yo lo llamare …..(a Smith) porque esto debe acabarse en Venezuela. Que la justicia haga lo propio en esta materia”, dijo Vielma Mora.
También comentó, el superintendente, que a este tipo de denuncias hay que quitarle el tinte político que pueda tener.
En horas de la mañana
El Superintendente Nacional Tributario, José Vielma Mora, dijo que la denuncia de Roberto Smith sobre una supuesta “mafia bolivariana” en aduanas es una irresponsabilidad y dijo que se trata de una campaña de desprestigio contra el Seniat, al igual que ha ocurrido con PDVSA.
Vielma Mora pidió al Ministerio Público, a través de una entrevista con el canal del Estado, que tome cartas en el asunto y que si existe algún funcionario incurso en actos de corrupción, que sea sancionado penal y administrativamente.
El Superintendente recordó que las responsabilidades son individuales cree que existe una intención electoral al presentar la denuncia antes del 3 de diciembre.
Vielma Mora indicó que el gobierno apoya al sector privado y las exoneraciones son medidas presidenciales, contempladas en la ley y se preguntó si empresas como Super S, Monaca, Polar, Makro, Cada y Central Madeirense han cometido actos de corrupción.
El funcionario expresó que esto es también una campaña de desprestigio contra las empresas privadas y trasnacionales que invierten en Venezuela.
Aseguró que las personas mencionadas por Smith (Alfredo Sánchez, Eduardo Carusso y la abogada Zulirma Vallenilla) no trabajan en el Seniat.
Vielma Mora dijo que la campaña opositora está perturbando la recaudación de impuestos y creando animadversión y odio.
Por otra parte, advirtió que el Seniat hará investigaciones a fondo sobre las donaciones que recibe el candidato Manuel Rosales y tendrá que responder al Estado por cada una de ellas.
Vielma Mora alertó horas después, en una rueda de prensa con los medios de comunicación, sobre un posible plan de “guarimba” tributaria, para disminuir la recaudación o para impulsar la desobediencia tributaria.
El Superintendente denunció que existe una campaña contra empresas privadas y prueba de ello son los rumores para propiciar una corrida bancaria.
El Superintendente aseguró que ninguna empresa ha entregado dinero en soborno a funcionarios del Seniat. Al menos no tiene pruebas de eso y añadió que si las llega a tener va a la Fiscalía General a presentarlas.
Vielma Mora señaló que en el Seniat se libra una lucha silenciosa contra la corrupción y hay 8 exempleados del organismo presos y otros 87 son investigados.
Noticias relacionadas:
por http://globovision.com/articulo/roberto-smith-consigno-denuncias-en-manos-del-superintendente-del-seniat-quien-se-comprometio-a-investigar-el-caso-a-fondo
Suscribirse a:
Entradas (Atom)